Es increíble lo delicada que sigue siendo la democracia incluso luego de 3 gobiernos elegidos. Hablo a nivel emotivo. Porque aun a pesar de estar intimamente seguro del triunfo de la concertación, no quería adelantarme a los resultados pensando en que algo "extraño" podría pasar y que evitara el desarrollo ya casi natural de los hechos. (quien sabe, que desconocieran el triunfo alegando intervencionismo o algun ex-abrupto de un ex-militar trasnochado, uff)
Pero en fin, ya está, tenemos cuarto gobierno, y no es casual. Muchos amigos me dicen que es la misma mierda, que 20 años es mucho, que seguirá la corrupción, etc... pero si la mayoría elige, cual es el problema?
La derecha simplemente no da para tamaña responsabilidad, asi de simple. No convence ni a sus propios partidarios, los que en gran número no traspasaron su preferencia por Lavín a la opción de Piñera (y lo que es peor, gran número de esos votos fueron para Bachelet)
Esto no es difícil de entender para el observador externo, simple mayoría.. pero la poca costumbre de un gran número de la población a aceptar las reglas del juego democrático hacen tambalear un poco el verdadero sentido de un legítimo acto de soberanía popular. Los dirigentes de la derecha, en un acto lógico, ya expresaron su casi incondicional apoyo al nuevo gobierno, y diría mas que en ningúna otra elección, lo que se entiende básicamente por que la derecha empresarial, la que dirige los bolsillos de muchos chilenos, es el principal socio de la Concertación para mantaner el equilibrio macroeconómico que les han permitido contar con las mayores utilidades en muchos años.
Pero no aspiro a tanto, los "lineamientos generales" se mantendrán, la Sofofa esta conforme y con eso basta. Pero aquí viene la diferencia y que despierta una inmensa curiosidad sobre el gobierno que comienza formalmente en 54 días más: la
mano. Sí, así de simple, la mano de mujer que por escencia va a ser diferente a la de cualquier otro de los gobernantes que ha tenido Chile. Por que es mujer y madre, dos detalles importantes. La acusación de falta de carácter que hizo la oposición y que en gran medida se alimentó con un par de incidentes donde Bachelet fue quizás un poco débil frente a los medios, no es más que parte de su forma de ser asociada a una sensibilidad femenina que para algunos puede ser sinónimo de flaqueza pero que sencillamente es algo que yo admiro y espero con ansias ver reflejado en la toma de desiciones sobre aquellos temas en que la razón por que sí no aplica, sinó mas bien el sentido humano y, por que no, el toque de mujer.
